Quizás porque posiblemente muchos vinarocenses no recuerden lo que ocurrió en el año 1999 se escuchan estos días voces en Vinaròs en contra de la ampliación de la zona azul por lo que es imprescindible realizar una mirada atrás.
Fue Jacinto Moliner, alcalde del PP de la época, quien adoptó una medida valiente en pro del comercio local, la implantación de la zona azul. La hemeroteca está llena de artículos de opinión en contra de esta medida, unos argumentos que en muchas ocasiones eran esgrimidos por los comerciantes que fueron quienes en pocas semanas se dieron cuenta que la zona azul era un revulsivo para la ciudad y para sus comercios.
Hemos de decirlo claramente, Vinaròs es una ciudad donde sus habitantes estamos acostumbrados a ir en coche a todas partes aun a sabiendas que si vamos a pie en cinco minutos podemos llegar a todas partes.
Tenemos amplias zonas de aparcamiento gratuito en el Camí Fondo, en la zona portuaria, en el paseo Fora Forat, etc... pero seguimos prefiriendo llegar en coche hasta la puerta de nuestra casa. Una mentalidad que en nada beneficia ni a las economías domésticas, ni al comercio, ni al medio ambiente ni a la circulación que está saturada.
Es curioso ver como a quien no le importa consumir litros y litros de gasolina absurdamente dando vueltas buscando aparcamiento le molestan 25 céntimos por aparcar. Sorprende también que quien vive en las afueras de la ciudad por gusto o por elección le moleste tener que pagar por aparcar en el centro de Vinaròs. Y sobretodo, no logramos entender como 80 céntimos de euros por aparcar una hora en el párking del paseo o de la mera parecen abusivos y después pagan 3 euros la hora en el párking de El Corte Inglés.
La ampliación de la zona azul (naranja) los tres meses de verano es un acierto para evitar los coches de veraneantes que aparcan durante 10 días sus coches sin moverlo. Si queremos ser una ciudad comercial y turística debe existir rotación en el aparcamiento y la zona azul es la mejor forma para ello. Tiempo al tiempo.